Un viaje de introspección y descubrimiento en el corazón de Quintana Roo

Por Alejandra Bendeck con información de Silvia Velazquez

En medio de la majestuosidad de la Riviera Maya, Silvia Velázquez, Auxiliar de Compras, emprendió un viaje sola, que no solo la llevó a descubrir hermosos paisajes sino también a reconectar consigo misma. Durante esos días, la naturaleza y la cultura se entrelazaron para ofrecer experiencias inolvidables.

«Mi Viaje fue a Playa del Carmen e Isla Mujeres, realicé este viaje el mero día de mi cumpleaños el 15 Septiembre y regresé el día 19 Septiembre, fue más que nada en plan de relax y viajar sola», compartió Silvia.

Sin duda, un viaje llenó de relajación, en donde Silvia encontró en los amaneceres un momento especial. «Lo que más disfruté de mi viaje fueron los amaneceres en la playa, no hay nada más relajante que empezar el día frente al sol y sentada en la arena del mar.»

En cuanto a la gastronomía, Silvia se encontró con una mezcla de sabores internacionales en Playa del Carmen, destacando especialmente las marquesitas, un deleite local. «Playa del Carmen tiene muchos restaurantes por visitar sobre todo en la Quinta Avenida… venden mucha comida internacional como pizzas, hamburguesas, tacos al pastor, entre otras cosas, pero lo que más me gusta son las marquesitas.»

El viaje también fue una oportunidad para apreciar y valorar el legado cultural maya. «La cultura Maya dejó grandes arquitecturas las cuales hoy en día las podemos apreciar al visitar sus pirámides y ruinas.»

En este viaje, Silvia no sólo exploró la belleza de la Riviera Maya, sino que también encontró valiosas reflexiones personales. «Siempre debemos de estar agradecidos con Dios por la oportunidad que nos da de disfrutar estos lugares maravillosos como lo es la inmensidad del mar y pues que a veces necesitamos ese tiempo a solas para disfrutarnos a nosotros mismos.»

El momento más destacado y de mayor disfrute fue sin duda en Isla Mujeres, ya que «es un lugar muy bonito con playas con agua cristalina».

Esta aventura, más allá de las playas y la gastronomía, es un testimonio del viaje interno que todos podemos emprender, encontrando paz, gratitud y empoderamiento en cada paso.