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Una aventura imprevista

Por: Alejandra Bendeck con información de Juan Sebastián Hernández Rios.

Dicen que cuando no planeas las cosas, estas terminan saliendo aún mejor. Esto le sucedió a Juan Sebastián Hernández Rios, Coordinador de Presupuestos de Urbanización en VIDUSA. Y es que en el 2013, Juan Sebastián, sus padres y su hermano tuvieron la idea de recorrer Sudamérica en dos motos Touring desde Colombia con el fin de llegar a Brasil a ver el Mundial de 2014. Una idea que no logró materializarse, pero que marcó la pauta para lo que venía.

“Se me da la oportunidad de aumentar mi grado profesional como ingeniero civil en Chile en 2016, donde vuelvo a retomar la idea de cumplir ese sueño pero esta vez comenzando desde la Patagonia Chilena”, comentó Juan Sebastián, quien terminó convenciendo a 4 amigos: dos amigas de Alaska, una de Monterrey y uno de CDMX.

Juntos emprendieron la travesía, donde en vez de motos optaron por alquilar una 4×4 para guiarse por la ruta del Rally Dakar.

Hicieron un routemap por caminos desérticos desde Atacama y siguieron en dirección del Altiplano Boliviano, llegando a 4.500msnm, accediendo a lugares inhóspitos, paisajes increíbles, grandes lagunas de diversos colores, enormes volcanes activos, aguas termales, géiseres y principalmente el Salar de UYUNI, el más grande del mundo.

Todo esto para seguir su travesía por Argentina y Uruguay.

Cabe destacar, que uno de los momentos que más disfrutó Juan Sebastián fue haberse hospedado en el Salar UYUNI. “Uno de los lugares con mejor vista para ver las estrellas, y no solo eso, ese hotel está elaborado de sal. Las paredes, las sillas, las camas, todo era sal. Lo más impresionante es que el piso era como sal refinada y alrededor habían llamas, un animal muy típico de la región”, aseguró Juan.

“El mundo se lee con los pies y esta aventura descrita duró aproximadamente un mes y medio”, expresó Juan, quien comentó que ese viaje “fue el inicio del recorrido que hoy sigue en pie, pero ahora de este lado de América del Norte”.

Una de las cosas que más le gustó de esa aventura fue que nada fue previsto. Y es que a Juan Sebastián le gusta “la inquietud que me genera irme y la melancolía que me da al regresar, el saber que estaba cumpliendo una parte del sueño que plasmé con mis padres y conociendo lugares únicos”. Por si fuera poco, la gastronomía era increíble. “Ver gastronomía precolombina, ahora combinada con una categoría de platos fusión, combinando lo mejor de cada región.

En algunos casos, la preparación de comida de mar era de muy buen sabor, aún sabiendo la dificultad que tienen para poder hacerlos, ya que perdieron su frontera que daba al mar, lo cual no es impedimento para seguir conservando preparaciones de marisco como una muy buena trucha tipo Titicaca”.

Además, la cultura de los lugares que visitó le transmitió “una diversidad que refleja un patrimonio generacional, el simple hecho de ver diversas lenguas dentro del país, expresiones, tradiciones, creencias así como su música. Es una cultura que no ha sido invisibilizada por la conquista y la colonización”.

Juan nos comentó que el aprendizaje más valioso de su viaje no fue haber viajado. Y es que para él viajar “es tener una introspección o viajar al interior de otros a través de su cultura, su historia, sus leyendas, su comida. Es un viaje hacia el prójimo para conectarse en su mundo, en su lenguaje, en su familia y tener una empatía cultural. Eso es un verdadero viaje, porque te das cuenta que no existe frontera entre países, algo siempre nos va a unir”.

Por: Jóser Castañeda con información de Gerardo Gómez.

Nos hicimos el hábito de correr carreras en grupo con algunos compañeros de VIDUSA desde 2009. Esta práctica nos llevó a correr 10k, 21k y finalmente un maratón. Entendimos que nuestra nueva meta grupal, era correr el maratón de Nueva York, el más importante del mundo.

Decidimos hacer el viaje en 2014 y tuvimos oportunidad de conocer museos, asistir a obras de Broadway, eventos deportivos, además de vivir la experiencia del maratón donde toda la ciudad te apoya y llevas en alto el nombre de México.

La cultura del deporte y el maratón son algo que vivirá en mí durante toda la vida.

Por: Jóser Castañeda con información de Jaime Serrato

El viaje a Japón para el Mundial de Clubes del 2011 se empezó a planear desde que Monterrey
quedó Campeón de la Concachampions en abril de ese mismo año. Fue entonces cuando entre varios amigos del estadio, empezamos a ver vuelos, en qué ciudades se jugaría, cómo conseguir los boletos de los juegos, los traslados entre ciudades… como era el primer mundial al
que iba Monterrey, realmente no teníamos idea de muchas cosas.

Descubrimos que el mundial se jugaría en 2 ciudades, Toyota y Yokohama, del 8 al 19 de
diciembre. Al final nos juntamos cerca de 30 personas y nos dividimos en varios grupos. Cada uno saldría por su lado, unos por México y otros por USA, pero todos llegaríamos a Tokio a quedarnos en el mismo Hostal.

Nos quedamos unos días ahí, y después nos trasladamos a otro Hostal en Nagoya, que estaba
más cerca del estadio de Toyota donde jugaría el Monterrey.Los traslados entre ciudades los
hacíamos en el tren bala (shinkansen) y con eso nos ahorrábamos mucho tiempo.

Al Monterrey le tocó jugar contra el equipo de Japón, el Kashiwa Reysol, y empatamos el juego
para perder en penales.Después jugamos contra el equipo de Túnez, el Esperance, y ganamos el
5to lugar.

Aunque no esperábamos perder desde el primer juego porque la ilusión siempre fue
llegar a la final y ganarle al Barcelona, de todos modos disfrutamos mucho el viaje, conocimos
lugares, y vivimos una cultura muy diferente con aficionados de otros equipos del mundo

Parte de lo que más disfruté, fue estar en un país con una cultura totalmente diferente; la
gente de Japón es muy amable. También estuvo increíble visitar ciertos lugares, de los cuales los
más interesantes fueron el museo en Hiroshima de la bomba atómica (Hiroshima peace memorial
museum). Allí tienen maquetas, fotos de la destrucción de la ciudad, artículos dañados por
la radiación, y también conservan un edificio en ruinas que estaba como a 160 metros del
epicentro de la bomba.

Por: Jóser Castañeda con información de Salvador Charles.

Nos pusimos de acuerdo con 5 amigos, entre ellos Joel Pérez quien también trabaja en VIDUSA, y nos fuimos a Costa Rica durante 6 días. Fue la primera vez que visitaba ese país y pude disfrutar de sus playas, volcanes y fauna, así como ampliar mi conocimiento gastronómico al probar el casado, gallo pinto y el choripán.

Pero la misión principal fue seguir alentando a Tigres en su compromiso.
Fue una experiencia que recordaré con mucho cariño durante toda mi vida y me llevo la cultura futbolística diferente que existe en Costa Rica para tener más perspectiva de cómo se vive esta pasión en otros lugares.

Por Jóser Castañeda con información de Gabriel Hernández

Visitamos Big Bear Lake porque queríamos que nuestra hija viviera la experiencia de estar en ese ambiente lleno de blanco y pudiera esquiar; convivir con otras culturas te abre la mente de una manera que pocas cosas lo pueden lograr.

Nuestro viaje duró cinco días y definitivamente nos ayudó a conocernos más como familia y mejorar la dinámica de procesos de decisión, convivencia y movernos como una sola unidad; en qué restaurantes comer y qué hacer en cada momento del día. 

Ver el rostro de mi pequeña vestida con su traje y sus botas de esquí justo antes de bajar la primera montaña me llenó de un sentimiento muy hermoso. A pesar de que cayó un par de veces y sintió miedo, fue la oportunidad perfecta para hablarle de la superación de obstáculos y volverse a levantar cada vez más fuerte. 

La comida fue el toque perfecto para cerrar esta experiencia, porque a pesar de no ser tan fanático de la comida americana, logramos encontrar restaurantes con cortes de carne espectaculares y los mejores mariscos que hemos probado. 

Por: Alejandra Bendeck con información de Gerardo Suárez

Santiago de Compostela
País: EspañaPoblación: 97, 260 habitantes
Provincia: La CoruñaGentilicio: Compostelano, Santiagués, Picheleiro 

Hay momentos que marcan un antes y un después en nuestra vida. Y definitivamente viajar solo forma parte de esas experiencias extraordinarias que llegan a abrir nuestros horizontes. Eso lo sabe de sobra Gerardo Suárez, quien en junio 3 del 2019 emprendió un viaje acompañado únicamente de su mochila a Santiago de Compostela. Durante una semana sus pies recorrieron alrededor de 118 kilómetros desde Tui, Galicia hasta Santiago.

Fue en ese viaje donde descubrió sus metas, decadencias, frustraciones, errores, fortalezas y logros, ya que el camino recorrido se volvió de autoconocimiento y fe. Su mochila bien puesta en su espalda le permitió convertirse en un peregrino y conocer así muchas iglesias centenarias y milenarias, todas ellas hermosas. A pesar de que comenzó el viaje solo, lo terminó acompañado. Y es que en el camino conoció a un par de amigos, quienes se convirtieron en sus maestros peregrinos.

Gerardo pudo disfrutar de Galicia y de todas sus comarcas. Y obviamente, también disfrutó de la gastronomía. La tapas no faltaron, ya que esas las probó en un bar durante su caminar. De igual manera, probó Percebes en la Costa de Morte, Pulpo a la Feira en Pontevedra y los famosísimos Pimientos de Padrón. En pocas palabras, la gastronomía es una riquísima combinación de tierra y mar. 

Sin duda, el viaje que comenzó el 3 de junio y que terminó el 15 de junio estuvo lleno de descubrimientos personales y nuevas amistades, creando así una experiencia única e inolvidable que marcó el inicio de un nuevo capítulo en la vida de Gerardo.