Por: Alan Ramírez

El 2020 ha sido un año muy diferente a lo que habíamos vivido. Quién iba a pensar que nos tocaría vivir una pandemia, algo que sólo habíamos visto como un dato en los libros de historia. Pero así sucedió y al no estar preparados como sociedad nos enfrentamos a grandes problemáticas y desafíos para sobrellevarla.

En el área laboral el reto principal ha sido el cuidar la salud de cada uno de los colaboradores, pero para llevar a cabo esto ha sido necesario no sólo lidiar con el virus, si no con la mentalidad de muchas personas que se oponían a aceptar lo que está pasando. En el caso en especial de esta empresa un gran porcentaje del capital humano cuenta con un nivel de estudios bajo o una cultura que no les permitía reconocer el riesgo en el que estamos viviendo.

Al inicio de la contingencia, lo que más abundaba entre los empleados era el miedo, pero no sólo por la enfermedad, también por la incertidumbre de lo que pasaría si se llegaran a detener las actividades laborales y lo que sucedería con su economía familiar. 

Fue así que con el pasó de algunas semanas en el mes de abril se llegó al punto en el que Gobierno del Estado declaró la contingencia sanitaria, en dónde las medidas aplicadas fueron los ya conocidos protocolos de sanitización y el “mandar a casa” a los colaboradores. En nuestro caso iniciar con el Home Office al personal administrativo y detener casi en su totalidad a los empleados de obra. Dando inicio a otros retos, el dar algo de sustento económico al personal que no podía trabajar desde sus hogares, otorgando apoyo monetario y algunos siendo beneficiados con despensas. 

El Home Office puede tener sus ventajas y desventajas, claramente el principal atributo es el mantener con salud al personal desde su casa, pero tal vez no todos cuentan con la accesibilidad o comodidad para llevar a cabo sus labores como lo hacen en el área de trabajo. 

Al momento de regresar a “La nueva normalidad” las medidas han sido estrictas en cuanto a uso de cubrebocas, gel sanitizante, lavado de manos, toma de temperatura, etc. Esto generó conflicto o desagrado, pero no es opcional. Sin embargo, fue aquí donde se tuvo que lidiar con la mentalidad de cada una de las personas que forman parte de la empresa.

Todos trabajamos por razones monetarias y este fue el motivante para muchos, a pesar de saber que podía ser algo riesgoso el volver a las áreas de trabajo, en algunos casos el o la líder de familia tenían que dejar de lado el miedo, hacerlo por necesidad, simplemente cuidarse y cuidar a los que los rodean. 

La información mediática ha sido un arma de dos filos, ya que ha servido mucho para dar información correcta y a tiempo, pero también para desinformar. A pesar de recibir datos reales por medio de las asociaciones gubernamentales mediante las conferencias de prensa, al parecer la mayor parte de la población cree más lo que ve en redes sociales. Lamentablemente las Fake News, tuvieron mayor alcance, provocando división de opiniones, muchas de ellas erróneas como lo fueron el creer que todo ha sido estrategia del gobierno, pensar que el termómetro infrarrojo dañaría su cerebro, que las instituciones de salud “están matando” a la gente, etc. 

Estas barreras mentales fueron una de las problemáticas más fuertes, algo que para solucionarla el departamento de Desarrollo Humano tuvo la gran labor de concientizar al personal, además de que con el paso de las semanas los contagiados dejaban de ser números y se convertían en familiares, amigos o conocidos. 

Lamentablemente este virus sigue activo, pero gracias al trabajo en equipo como sociedad, como empresa y los cuidados de cada uno se han ido superando los obstáculos. Se ha logrado mantener la salud de la mayoría y adaptándonos cada vez a esta Nueva Normalidad, dónde los cuidados, normas higiénicas y distanciamiento social son parte de la vida diaria. No bajes la guardia.