Tradiciones que nunca mueren
Lo que seguramente sabes es que la emblemática celebración del Día de Muertos en México se lleva a cabo para conmemorar a aquellos seres queridos que ya no se encuentran con nosotros, pero no es una ocasión para estar tristes sino para reunirse con la familia y recordarlos con una sonrisa, platicar sus anécdotas y ofrendarles en un simbólico altar colorido las comida y bebidas que más les gustaban.
Sin embargo, el Día de Muertos guarda muchos datos increíbles que seguramente no sabes o recuerdes. Estos son 5 puntos que te harán vivir una experiencia más acogedora y simbólica en esta próxima celebración.
La celebración dura dos días: 1 y 2 de noviembre.
Esta celebración se divide en dos días, esto se debe a que el 1ero es el día de Todos los Santos y está dedicado a los niños, y el 2ndo es el día de los Fieles Difuntos cuando se conmemora a los muertos adultos.
Los altares cuentan con 3 niveles.
Hoy en día, cada altar es único y se realizan de muchas maneras gracias a la creatividad y gusto de las personas. Sin embargo, el principal se constituye de tres niveles que simbolizan a las tres divinas personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Las Flores de Cempasúchil adornan las ofrendas.
Esta hermosa planta es originaria de México y Centroamérica y florece en el otoño. Se dice que sus pétalos amarillos son el camino que conduce a los difuntos en su llegada y visita en estos días, ya que según esto conservan el calor del sol y su aroma es la guía que les permite transicionar correctamente a este lado terrenal.
Xoloitzcuintle: el perro de los vivos y muertos.
El xoloitzcuintle es uno de los personajes más icónicos presentes como adorno en esta celebración. Según los aztecas, poseía poderes mágicos que les permitía acompañar a sus dueños a transitar el camino hacia el inframundo. Hoy en día, es considerado un guardián de vivos y un guía de difuntos.
Es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Esta tradición colorida que nos enorgullece y que se encuentra llena de historia, cultura y simbolismo fue catalogada en el 2003 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.