Esto es un poco de mi día a día y la manera en
la que intento mantener ese equilibrio entre lo
laboral y lo familiar.
Algo que es importante comentar es que
el trabajo de ventas no termina a la hora de
la salida. Tienes que estar atendiendo a tus
clientes día, tarde y noche. Sucede muy seguido
que sales del trabajo y sigues hablando con
clientes por WhatsApp, incluso llamadas a altas
horas de la noche aclarando dudas, recalcando
los beneficios de comprar una casa VIDUSA,
intentando sacar una cita para el día siguiente,
entre otras cosas. En mi caso, con una bebé
pequeña, sí requieres sin duda el apoyo del
otro, así que pienso que uno de los principales
secretos para llegar a ese equilibrio es el trabajo
en equipo. No hablo solo de implementarlo en
el trabajo, sino también en la casa.
Por ejemplo, en mi caso, tengo la bendición de
contar con mi suegra y mi mamá que me ayudan
con mis niñas en mi horario laboral. Siempre
he pensado que mientras sepas que tus hijos
están bien y en buenas manos, tu concentración
en el trabajo estará al 100%. Hay algo que me
repito a diario y es que si voy a dejar a mis
hijas 10 horas diarias para irme a trabajar, haré
que valga la pena y no ir a la oficina a perder
el tiempo. El tener metas definidas es esencial
para lograr esto. Metas a corto plazo, diarias o
semanales. Facilitan que vaya agarrando forma
ese propósito que queremos lograr en el mes
e incluso en el año.
Un tema que tocamos en una junta de mejora
en nuestro equipo es que los límites nos los
ponemos nosotros mismos. Recuerdo que
cuando entré a VIDUSA había una compañera
que hacía muchas firmas cada mes de manera
constante. Todos nos preguntamos, “¿cómo
lo hace? ¡Está loca! ¡Es imposible hacer
tantas!” Hoy en día, ya me ha tocado ser esa
loca y lograr esa misma cantidad de firmas.
Lo único que puedo compartir es que si uno
lo puede hacer, entonces tú también puedes.
Solo es cuestión de que te lo propongas, te
organices y más que nada, que lo creas. Será
súper satisfactorio saber que lograste el
resultado que te propusiste. Además, la única
“consecuencia” de hacerlo es una muy buena
remuneración económica.
Ya entrando en materia más personal y cómo
seguir con ese balance laboral-familiar, mi
esposo y yo tenemos programado sin falta sacar
a las niñas cada día de descanso a diferentes
parques, zoológicos, áreas verdes, entre otros
lugares.
Cada día de descanso sin excepción, aunque
haya sido fin de mes y estemos súper cansados
y fastidiados, si uno no quiere, el otro lo motiva,
pero el paseo se hace porque se hace (a menos
que el clima no lo permita). Al final, en lugar de
regresar más cansado, regresas más cargado
de energía además de contento. Claro, eso
aparte de la convivencia diaria por las tardes,
normalmente llegando del trabajo salimos al
jardín para convivir, jugar, platicar, etc.
Ser mamá y trabajar no es fácil, pero disfrutar
ambas cosas lo facilita mucho. Siempre hay
que tener en mente el por qué y para quién
hacemos ese esfuerzo. Por ejemplo, en mi caso,
una de las cosas que me empujan a esforzarme
mes con mes es mi mamá, que aunque no vive
conmigo depende 100% económicamente de
mí. Entonces, tengo ese compromiso con ella,
de tratar que ella no tenga dificultades y no le
falte nada.
Además, es fecha que si necesito algo, ella
está ahí siempre para apoyarme. Por lo tanto,
sabemos que ventas no es un ingreso fijo, así
que creo que si tenemos compromisos con
terceras personas, hay que dar el doble de
esfuerzo.